23 de febrero de 2007

Va de plagios


En Periodismo hay varias reglas que son como el Padre Nuestro. Una de ellas es la denominada fórmula de las 5 w' s, de la que hablaremos más adelante, y otra es citar las fuentes, que es de lo que nos ocuparemos hoy.

Citar es tan fácil como reflejar el nombre del autor o del medio de dónde se ha obtenido la información que estás utilizando en un texto propio. La tendencia al plagio ha existido desde el comienzo de los tiempos, y en los últimos años han saltado a la palestra casos tan sonados como el de Ana Rosa Quintana, en su libro "Sabor a hiel", o recientemente el de Lucía Etxebarria, en su última obra "Ya no sufro por amor".

La tentación de hacer tuyas palabras que no te pertenecen está siempre latente, pero de ahí a plagiar párrafos de forma literal y sin citar al autor hay un gran trecho. Para mí, es una forma rastrera de aprovecharse de las ideas de los demás ante la falta de recursos propios. Algo tan ruin como ésto. Y lo triste es que algunos han hecho del arte de plagiar una forma de vida.

Os invito a que leáis un artículo muy interesante sobre este tema que leí hace unas semanas en el blog de Juan Freire. Aquí recoge las palabras que el autor de teatro catalán Jerónimo López Mozo escribió para el ABCD Las artes y las letras bajo el título de "Confieso que he plagiado". Pincha aquí.

2 comentarios:

josefk dijo...

Éste es un tema curioso, porque habría que repasar la obra completa de Shakespeare y sus "inspiraciones" en temáticas romanas.

saludos

Alicia dijo...

Estimado José, qué razón tienes. Detrás de reconocidos escritores, dramaturgos, pintores, escultores, arquitectos y profesionales de las artes en general se esconden casi siempre personas anónimas que han sido claves en sus éxitos.